sábado, 3 de octubre de 2015

Receta básica de fin de semana!!! Triángulos de hojaldre de Jamón York y Queso

Receta de hojaldres de Jamón York y Queso


Ingredientes para 8-10 triángulos:
-          2 bases de hojaldres
-          6 lonchas de Jamón York
-          6 lonchas de Queso
-          1 huevo

Preparación:
Cogemos las dos bases de hojaldre, estiramos con un rodillo un poco, hasta que veamos que se pone un poco más estirada la masa.

Cogemos una de las bases y vamos poniendo el jamón york, poniéndolo de tal forma que dejemos una separación de un trozo a otro de dos dedos de ancho, y a continuación le vamos poniendo las lonchas de queso.

Si queréis que lleve más relleno, solo tenéis que doblar la cantidad de las lonchas de jamón york y del queso; os recomiendo que el jamón york sea del cuadrado para sándwich, ya que será mejor para el siguiente paso.

Encenderemos el horno, para que se vaya precalentando a unos 180ºC con la resistencia tanto arriba como abajo.

Cuando tengamos el hojaldre totalmente rellenado, solo nos quedará poner por encima la otra base de hojaldre. Iremos cortando cuadrados conforme vayamos viendo donde termina el relleno, palparemos para no equivocarnos.

Cuando ya tengamos todos los cuadrados cortados, cogeremos cada cuadrado y lo partiremos en dos triángulos. Empezaremos a juntar la base de hojaldre de arriba con la de abajo, intentando que no queden huecos y se vea el interior del hojaldre.

Ponemos en una bandeja un poco de papel de horno (podemos utilizar el que va con las bases de los hojaldres) y vamos colocando nuestros triángulos, dejando espacio entre ellos, para cuando vayan creciendo en el horno no se peguen los unos con los otros.

Batimos un huevo y se lo echamos por encima, de esta manera se pondrán dorados y brillantes.

Los metemos al horno y los dejaremos sobre unos 15-20 minutos, o hasta que vosotros los veáis que ya están dorados y hechos.

Cuando estén terminados los sacáis del horno y dejáis que se enfríen un poco, ya que si os los intentáis comer recién sacados os quemaréis.

Si os sobran podéis guardarlos perfectamente en el frigorífico, para coméroslos otro día, solo tendréis que calentarlos un poco en la tostadora y estarán buenísimos igualmente.









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